martes, 9 de marzo de 2010

confabulados

Mmm... La ciudad esta mas gris...Recuerdo cuando te vi por primera vez, sentada en los columpios de la plaza, en la que estoy. En esos tiempos la ciudad era color azul, se ha ido destiñendo con el tiempo, todo a cambiado, cien pesos eran un verdadero tesoro, con el cual podías hacer maravillas, los diez galletones que comprabas o veinte a veces cuando había suerte y los encontrabas a cinco pesos cada uno. Ahora veo los columpios, los fierros están gastados, las cadenas oxidadas rechinan al balancearse, hay un charco de agua debajo del asiento de un columpio, veo mi reflejo y recuerdo el tuyo, te recuerdo... Éramos pequeños cuando nos conocimos, y te vi con tu sonrisa azul como la ciudad en esos tiempos, Tal vez la ciudad siempre fue gris pero no me había dado cuenta hasta hoy que la empecé a observar mas detalladamente, ahora estoy cansado y los viajes que me fascinaban ahora son mas lentos y tediosos.
Llegué veinte minutos antes que tú, se me hicieron eternos, pensé que llegarías tu primero como de costumbre. Para hacer tiempo tire ramitas de árbol al charco de agua y tarareé una canción que me recordaba a ti, mientras buscaba ramitas en el suelo, me encontré con un papel amarillento, sucio, nunca lo hubiera recogido si no fuera por lo aburrido y ansioso de que pasara mas rápido el tiempo para que llegaras y verte. El papel estaba doblado en dos pliegues, como un libro de una sola hoja, lo abrí, tenia algo escrito con lápiz grafo, se veía borrosa y desgastada la letra, lo limpie un poco y descifre lo que decía, estaba escrito esto:
´´ La mayor parte de las personas no quieren nadar antes de saber``.
El papel había resultado un gran descubrimiento, un verdadero tesoro, estaba muy feliz, y en ese momento me impaciente más, te esperaba con ansias, como un niño espera la navidad y sus respectivo regalos. Quería compartir el secreto, el descubrimiento, el papel que llegó a mis manos y que tal vez haya tenido muchos descubridores, muchos dueños y por cierto un autor, era mío ahora (el papel lo tire tiempo después donde mismo lo hallé por dos razones, explico: La primera, para que alguien mas lo encuentre, y sea igual de feliz que yo cuando lo encontré, no veré su expresión de cara al leerlo, pero encontrará un gran regalo que no sabrá que fue regalo, pensará simplemente que se lo encontró`` igual como paso conmigo, fue un regalo. La segunda razón: Me torturaba con el cada vez que lo leía, me hacia mal, lo leía y te recordaba, termino siendo una maldición). Cuando llegaste, como habíamos acordado, tenia el papel en mi mano listo para mostrarte mi hallazgo, pero te acercaste y tenias una mirada triste, fatal hacia mi, como si hubiera sido yo alguien que te hubiera hecho mucho daño, y así fue el amor duele la mayoría del tiempo, viene de la mano con el dolor, nos hicimos mucho daño. Olvide completamente el papel, lo aplasté en la palma de mi mano lentamente empuñándola cada vez mas a medida que te acercabas, hasta hacerlo una bola de papel. Te pusiste frente a mi y yo te mire como diciendo compadécete de mi, en ese momento la ciudad se hizo mas gris y mis ojos se humedecieron, no lloré, aunque quería, pero no pude, mi garganta estaba en llamas por el nudo ciego que se hacia para no poder tragarme esta situación y normalmente la saliva que acumulaba en mi boca que tuve que escupir. No hablábamos todavía, ni siquiera nos saludamos, solo nos miramos, los cien pesos en mi bolsillo que tenia cuando era niño se multiplicaron en mil pesos que eran para el pasaje de micro - ¿como esta tu madre? - fue lo primero que dije para destruir aquel ruido que se hacia mas fuerte mientras estábamos parados ahí sin hablar. Me miraste pensativa y extrañada como si estuvieras planificando otra respuesta para otra pregunta que yo debía hacer, era una comedia sin risas - Bien... Bien..- me respondiste divagando y confundida. No podía ser mas incomodo, doloroso y a la vez satisfactorio. La canción que no podía sacar de mi cabeza, nuestra canción, vino a mi rescate y la empecé a silbar, muchos recuerdos pasaron fugazmente por mi cabeza, en tu expresión vi lo mismo, se notó claramente, ¿Como puede marcar tanto una época una canción de simplemente tres notas tristes?. La canción salvó por un momento ese diálogo sordomudo que no era diálogo. Después cambiaste la expresión de tu cara y se hizo mas triste después de los diez segundos de la mejor parte de la canción, empecé a explorar la cajetilla de cigarros que olvidaba que tenía, pensé ´´ ojalá me quede un puto cigarro para esta comedia y que el humo destruya o haga mas doloroso el nudo de mi garganta``, por suerte habían dos. Pensé: ´´ ¡Salve OH puto cigarro salvador de mis tensiones y suavizador del futuro decapitado que era yo por mi más temido y amado verdugo que eras tu``. El cigarro alivianaría el futuro dolor de las afiladas cuchillas que en cualquier momento de tu boca saldrían para cortar mi alma en trocitos atómicos. Por suerte habían dos, uno para fumar ahora y otro para después, en el momento de lamentos. Estaba sacando una fotografía instantánea visualmente a tu rostro para tenerlo en mi mente un rato más, cuando tendría que irme. Noté tus facciones, tus colores, ese cara..., esa cara que acariciaba con mis manos rasposas, con mis mejillas, con mi tacto, en ese momento me inscribí mentalmente en el club mundial de personas que quieren retroceder el tiempo. Como deseaba retroceder el tiempo en ese momento, pero las cosas ya estaban allí, todo estaba allí, todo en su lugar, el humo del cigarro, la canción, una sirena de ambulancia que se escuchaba de trasfondo, los columpios, el charco, los recuerdos, todo... Todo estaba allí perfectamente para que ocurriese cualquier tipo de cosa que tuviera que ocurrir, ahí estaba ella y ahí estaba yo, tire la colilla del cigarro que no termine de fumar hasta el centro del charco debajo del columpio, te miré y parecías ya lista para decir algo, se te notaba, mirabas al suelo como buscando las palabras exactas para decirme, puse toda mi atención a ti y te escuche...
-Ya no puedo estar así- dijiste con tu voz que no había escuchado hace un buen rato, tu voz quebradiza en ese momento, continuaste- Te amo, ahora te odio, estoy confundida, te adoro pero me haces mal, y tu sabes que me encanta estar contigo, pero es como estar en un barco con una tormenta y ya no puedo estar en tus mares, ya no se nadar, ya no se...- Que desgraciado fui, que bipolaridad hay en mi personalidad, me di cuenta de que había sido inestable y ella solo amaba cuando yo era sol y no tormenta, la entendí, el nudo de mi garganta era fuego que quemaba de una manera terrible y se iba hacia mi pecho, estaba derrumbándome como una escultura gigante, por que reconocía que lo que ella decía era naturalmente lo que ella debía de sentir y me negué a aceptarlo. De pronto miré el charco, lo imaginé como un lago, un lago de hormigas, un mar de hormigas, así debía sentirse ella, como dijo, se sentía en un mar con tormenta, como una hormiga en un charco naufragando, lo reconocí todo, me lo trague, lo acepte, ahora todo estaba claro, ella no sabia nadar. nos miramos tristes, una pequeña y fugaz sonrisa se me dibujo en el rostro aunque a mi parecer se notó bastante, frunció el seño triste y esperaba con impaciencia que dijera algo, la comedia se hacia mas chistosa y nadie reía, pensé ´´ ella no sabe nadar``, finalmente le respondí:-La mayoría de las personas no quieren nadar antes de saber- Todos aplaudieron.

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